CHAPEAU, PILAR MAJON

Emotiva. Conmocionante. Memorable. Heroica. Concisa. Inmejorable. Incisiva. Histórica. Clara. Rotunda. Inquisitoria. Acusadora. Valiente. Imponente. Sensible. Convincente. Magistral....en definitiva, ¡chapeau, Sra. Dª Pilar Manjón! Su intervención y larga declaración ante la Comisión de Investigación del 11-M es sin duda alguna para descubrirse quitándose el sombrero y ponerle la alfombra a sus pies. Nunca una ciudadana, persona y mujer del pueblo ajena a la política de Estado tuvo la oportunidad de decir tantas verdades juntas y de comunicar a la clase política; la voz, el alma, la opinión, la idea y el sentimiento de la ciudadanía respecto al triste atentado de Atocha. Jamás una MUJER -si, si, con mayúsculas- del pueblo había transmitido la impotencia, el vacío, la rabia y el dolor de tantas familias afectadas a Sus Señorías quienes siempre andan envueltos en personales disputas parlamentarias alojados en sus torres de marfil pero muy alejados de la realidad de la calle por lo que un toque de atención cívico como el de la Sra. Manjón de cuando en cuando no les viene mal.

Había que valer mucho, estar preparada, saber hablar en público, tener un gran autodominio y armarse de valor para sentarse ante profesionales experimentados de la política y de las leyes, asi como de las cámaras de TV y micros de radio; sobre todo a sabiendas de que toda España la contemplaría en las televisiones de sus hogares. Cualquiera no lo hubiera logrado por culpa de los nervios pero Pilar Manjón lo hizo y además lo bordó. Aunque la emotividad asomaba en su rostro y quebraba su voz pudo concluir su declaración con el corazón a mil por hora, el alma desgarrada, la sangre encendida pero la cabeza fría y bien puesta sobre los hombros.

Lo lamentable es la actitud indiferente del Sr. Zaplana que con la cabeza baja, leía jugueteando con los folios hojeándolos y no se dignó en mirar vez alguna a la Sra. Manjón contrastando con los demas componentes de la Comisión que atendían con avidez y sumo interés apenas sin pestañear mirando fijamente a la compareciente. Peor fue el final. Zaplana fue el último en aplaudir y despedir a la Sra. Manjón movido por la inercia del resto de los presentes, por compromiso y obligación y no porque lo sintiera. Chulesco e irónico arremetió después públicamente acusando a no sé quienes (?¿) de aprovecharse de sentimientos en un amago de auténtico cínismo y enorme caradura.

Pilar Manjón lo pudo decir más alto pero no tan claro. Ojalá los corazones de Sus Señorías se ablanden.Ojalá desciendan del pedestal y se percaten de que también son personas, de que con el dolor y los muertos no se frivoliza ni se discute parlamentariamente. Otro día elogiaré al portavoz de la AVT que se merece el mismo reconocimiento e idéntica llamada del Rey que Manjón. Y sobra, con una sola comparecencia de ambos es suficiente. Sin protagonismos. Tomen nota, señorías y disuelvan este circo ahorrándonos vergüenza ajena. Por una trasparente comisión de investigación, independiente y profesional.

Vaya mi admiración para una HEROINA. Todo un ejemplo a seguir. Chapeau.